miércoles, 2 de octubre de 2013

DETECCIÓN PSICOFISIOLÓGICA DE LA MENTIRA

Recordemos que en la detección del engaño podemos encontrar 3 tipos de indicios: verbales, no verbales y fisiológicos. La actividad fisiológica que se supone que acompaña al hecho de mentir ha sido motivo de estudio y controversia desde tiempos ancestrales. Se trataría de diseñar una herramienta capaz de medir el engaño de una forma indirecta, ya que un patrón de actividad fisiológica directamente relacionado con la mentira no existe (nuestra nariz no se alarga como la de Pinocho).
Así han ido apareciendo las mal denominadas “máquinas de la verdad” para detectar mentiras, cuando en realidad lo que detectan son cambios en la actividad fisiológica o psicofisiológica que acompaña a la mentira (traducido a señales emocionales, cambios en parámetros de la voz, cambios en la actividad de áreas y estructuras cerebrales, en los patrones de temperatura, etc). Entre estas herramientas las más significativas son el polígrafo, el analizador de estrés de voz, el EEG para la medición de las ondas cerebrales P300, el termógrafo (termografía facial), la Resonancia Magnética Funcional (fMRI) o tecnologías de seguimiento ocular (eye-tracking).


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